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Carta de Rocío Ocaña

Hola Tania,

 soy Rocío Ocaña, una alumna de 1º de Bachillerato de un pueblecito de Sevilla. 
Mi profesor de Educación Física nos mando a leer el libro ''Lagrimas por una medalla'' como una actividad más y me encanto.
Me parece increíble lo duro que fue para ti toda esa época y el sacrificio, esfuerzo y trabajo constante que hiciste desde pequeña para hacer tu sueño realidad. También me gustó mucho cómo te esforzabas y te exigías a ti misma, además de que siempre mantuviste tu personalidad y creo que eso fue una de las claves para que fueras campeona olímpica. Creo que debe ser increíble ver como tu sueño se hace realidad y eso me ha parecido interesante; todo es posible solo hay que trabajar duro para conseguirlo.
En cuanto a la federación nacional no me gustó ni me parece bien la causa de tu expulsión, aunque tu aumentases de peso no fue por comer cosas inadecuadas sino por otro motivo. Intentaste incluso y no pudiste adelgazar además de que tenias un peso adecuado para una niña de tu edad y estatura. Tampoco me parece bien que no os dejaran ir a clase y que os desarrollarais como personas ya que aunque os preparaban para ser campeonas olímpicas ese sueño no iba a ser eterno y los estudios son fundamentales y esenciales para cualquier cosa.
Por último tengo que darte las gracias, porque leyendo este libro he podido apreciar la poca importancia que le damos la mayoría de personas al resto de deportes como la gimnasia rítmica que son tan comunes como los demás. Hay personas que no son conscientes del esfuerzo tan grande que hacéis y los sacrificios que tenéis que sufrir para poder estar en lo más alto. 

He aprendido mucho y he podido crecer más como persona poniéndome en el lugar de ustedes y creo que nunca es tarde para aprender algo nuevo. 

Atentamente,
Rocío Ocaña.

Carta de Marta Gómez

Hola Tania,


soy una alumna de 1º de bachillerato del I.E.S. Jacarandá (en Brenes, Sevilla) y me gustaría comentar algunas cosas acerca de vuestro libro “Lágrimas por una medalla”

Tu historia me ha conmovido mucho, nunca hubiera podido imaginar todo el esfuerzo que requiere estar en un equipo nacional de gimnasia rítmica si no hubiera leído este libro.

Tantas exigencias como por ejemplo el peso, la estatura, no poder conocer a gente nueva, no poder salir, el estar tanto tiempo alejado de la familia…

Si yo hubiera sido tú no las podría haber aguantado tanto tiempo como tú aguantaste.

Lo que más me ha llamado la atención de tu estancia en Madrid fue que cuando alguna de vosotras ponía algunos gramos de peso, la entrenadora os castigaba sin comer y encima cerraba la cocina con candado para que no pudierais ir al frigorífico a coger comida. Con razón más de una acabó por debajo del peso que necesitaba tener.

También he visto mal que dejarais apartada la enseñanza por darle mas prioridad a los entrenamientos; entiendo que si querías ser campeonas mundiales tuvierais que dejar a un lado los estudios pero mira por donde cuando abandonaste el equipo y te pusiste a estudiar de nuevo, te veías en cursos que no se correspondían con tu edad y encima te costó mucho sacarte el bachillerato.

Otra de las cosas que me ha impactado fue cuando te vino la regla por primera vez y María, en vez de aconsejarte las cosas que tu madre te puede aconsejar ante esa situación, te dijo que ahora las caderas se te ensancharían y que tendrías que comer menos para poder mantener el peso para poder competir.

La verdad que luchaste mucho para conseguir el oro que te quedaba, pero te pusieron muchos impedimentos porque la entrenadora ya no te daba la misma importancia que te daba cuando entrenabas para Atlanta, ahora prefería nuevas gimnastas y se centraba menos en ti. Pienso que tus padres hicieron bien en sacarte del equipo porque tú ya no eras feliz en ese sitio y tu salud cada vez estaba peor.

Me alegra mucho saber que tu participaras en los juegos olímpicos de Atlanta y que ganara el equipo español y que disfrutaras de ese momento.

Tu experiencia me ha enseñado que todo lo que se quiere requiere de un sacrificio y de un esfuerzo que no es tan fácil como parece y que no siempre se consigue lo que uno se propone.


Con cariño:
Marta Gómez Conejero.

Carta de Daniel Martín

Hola Cristina y Tania:

Soy un alumno que ha leído vuestro libro.
Tengo que deciros que me ha gustado mucho y me parece excesivo el trato que en ocasiones se os ha dado.
Pero tú, Tania, y tus compañeras demostrasteis que gracias a vuestro esfuerzo y vuestro afán de superación conseguisteis superar tantas dificultades y lograr vuestro sueño.
Me pareció muy mal como María y la Federación os trató pero gracias a varias personas como tú, Cristina, conseguisteis obtener el dinero que habíais ganado con vuestro esfuerzo.
Este libro me ha gustado mucho y me ha hecho comprender todo lo que sufristeis y trabajasteis.

Atentamente.
Daniel Martín.

Carta de Josan Ocaña

Hola Tania:

Soy un alumno de 1º de bachillerato que ha tenido que leer tu libro.
Al principio creí que la historia iba a ser aburrida pero poco a poco me fui dando cuenta que tu experiencia fue emocionante, a veces triste e inolvidable.
Gracias por habernos transmitido tus vivencias como atleta a través de este libro y enhorabuena por tu medalla olímpica; te hubiera felicitado el año que la ganaste pero tenia un año.

A continuación te voy a exponer mi opinión sobre el libro:

Para mí, este libro ha sido muy motivador y muy cercano ya que la protagonista era una adolescente y le ocurrían cosas que a veces me han ocurrido a mí. Este libro me ha enseñado que con esfuerzo y sacrificio puedes conseguir lo que sea. Tania vio cumplido su sueño de ganar la medalla olímpica gracias a su dedicación y constancia; la parte mala es que perdió su adolescencia y eso ya no se lo devuelve ninguna medalla. Sufrió mucho al verse sola muchas veces al sentirse acomplejada por su estatura, teniendo unas dietas muy estrictas y una forma de vida que no correspondía para nada con las niñas de su edad.

Un cordial saludo,
José Antonio Ocaña Rueda.