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¡Gracias, blogueros!

Llevo mucho tiempo sin escribir en el blog y debo pedir disculpas a todos y a todas. Viajes, compromisos, trabajo, familia (especialmente familia) y variadas razones me han mantenido apartada de esta peculiar bitácora del siglo XXI que exige una atención diaria con la que no he cumplido.
Los seguidores de los blogs suelen pertenecer a una generación que ha crecido rodeada por la más alta tecnología, incluso alguno ha sustituido en el colegio la libreta y los libros de texto por un Tablet PC. Yo pertenezco a la generación que empezó a coquetear con la informática con un Spectrum de 16kb, el Amstrad, los programillas de MSDos..., y que se vio incapaz de asimilar la velocidad a la que las TIC evolucionaban, razón que me ha convertido en una usuaria más práctica que fanática.
















La razón de ese post es que me han llegado multitud de estímulos positivos de personas que nada tienen que ver con el mundo del deporte o la gimnasia, pero que han leído el libro y han decidido compartir en la infinita red sus impresiones sobre “Lágrimas por una medalla”. Los blogs más variados y más lejados del mundo del deporte han publicado algún post sobre el libro. No puedo estar más que agradecida a estos lectores.


El más sorprendente ha sido el de Fernando del Álamo, responsable de un blog científico pero que quiso recomendar a los seguidores de su blog la lectura del libro. Su trabajo ha sido magnífico, tanto que casi no hace falta leer el libro. I'm kidding. Nunca dejéis atrás un libro porque ya sepáis de qué va la historia, o porque alguien os lo haya contado. Cada libro es una vivencia particular y única que nadie os puede arrebatar. Vuestra imaginación permitirá dar forma a cada lugar, situación y personaje, será entonces cuando cada detalle de la novela pasará a ser exclusivamente vuestro, aunque sean miles los que estén leyendo las mismas páginas a la vez.

El caso es que en el blog, Historias de la Ciencia, la repercusión del libro ha sido sorprendente. Fernando nos ha informado del increíble aumento de visitas que tuvo su página gracias a “Lágrimas por una medalla”, de entre 1.000 y 1.500 visitas diarias, aquellos días el número aumentó a 5.000 un día, 11.000 el siguiente y 2.000 el posterior. Está visto que es un relato que no deja a nadie indiferente y que no hay que ser aficionado al deporte para entenderlo.

Del mismo modo tengo que agradecer a otro de nuestros lectores, David Luque, que nos haya incluido en la famosa Wikipedia, creando una página para el libro e incluso otra para Tania donde se puede acceder a su impresionante palmarés.

Gracias a todas y a todos,bloguer@s y no bloguer@s.